La Reflex de Don Luis: el arte de la fotografía

El único día que vi a Simón Bolívar con corona, fue cuando conmemoraron el año de su entierro.


Ver a don Luis en la plazoleta Simón Bolívar es como recordar, suscitar, e imaginar que pronto llegaremos a ser -como escribió Héctor Abad- "el olvido que seremos". Al llegar a la plazoleta con Sebastián, nos encontramos con Don Luis, un señor de algunos 60 o 70 años de edad que se paseaba por todo el centro de la plazoleta. Lo vimos, primero, hablar con un vendedor de confetis, no sabíamos de qué hablaba, pero ya nuestros ojos encontraban rumbo para escribir en Sin Pretextos. Lo primero que hice fue coger fuerzas para abordarlo, tenía miedo que resultara siendo uno de esos señores viejos y amargados, que no quieren hablar con nadie. Pero era fotógrafo, y de algún modo teníamos que entendernos. Llegué -o llegamos-, pues también conmigo iba Juan José, un amigo más, y lo que hice fue saludarlo, y decirle con mi tono de inmaduro y acento tolimense:


-Buenas tardes, lo que pasa es que quiero hacerle algunas preguntícas, o sea, quiero hacerle una entrevista. ¿Puedo?

"Al final del espectro", muchos pretextos para verla de nuevo.


Las películas colombianas se han destacado, principalmente, por llevar a la pantalla grande temas como el narcotráfico, que además, invaden constantemente la televisión y parecen perseguirnos y negarse a desaparecer.

No me he visto todas las películas colombianas que han salido en la historia, y aunque creo que no son muchas, las que he visto siempre tienen violencia, sangre y malas palabras, muchas malas palabras. Después nos preguntamos por qué los extranjeros al llegar a Colombia creen que se van a encontrar muertos tirados en las calles o balaceras en lugares públicos.


El caso de esta película es diferente, de entrada no me gusta, pero rescato que su temática se aleja del estereotipo creado para el séptimo arte en este país.

Aun destacando la buena labor del director y de los actores, la trama no es de mi total agrado, me parece aburridora, debido al largo suspenso que da espacios para cerrar los ojos y que cuando uno despierte se haya perdido un pedazo de otro más extenso, con la música de fondo que ya todos conocemos y los planos oscuros y a veces silenciosos.

"Sin pretextos" para no escuchar Wataka


La unión de cinco talentos musicales en el entorno de un salón de clases, la inquietud de interpretar la música del momento, dominada de ritmos latinos y tropicales reflejo de la tan afamada "Fusión", generó como resultado la conformación de la agrupación.
Wataka es un proyecto que fusiona Rock, Folk, Música Tropical y ritmos autóctonos colombianos, que con guitarras agresivas y un juego de percusiones presentan un performance único. Sus
integrantes, todos, con formación académica de primera, egresados del conservatorio del Tolima.

¿Qué significa "Wataka"?
Es un termino utilizado antes por los músicos que expresa una sencillez y una frescura al tocar, es decir sin complicaciones y tocando de una pero bien hecho y así nos identificamos por tener un sonido fresco y descomplicado.

"Ulises", una super-novela.


El arte de novelar es, en esencia, la capacidad intelectual para decodificar todos aquellos bombardeos informativos de los que somos víctimas constantemente. Es por eso, que sólo quienes logran desarrollar ese envidiable don, permanecen en el limbo de lo inmortal, en aquel espacio mítico y pululante donde todas las historias viven en usanza. Por otro lado, cabe resaltar que una chispa de innovación narrativa, puede marcar un hito sin precedentes en la historia de la literatura, así como en su momento lo entendió el inmortal James Joyce en la gran novela vanguardista, “Ulises”.
Para hablar de Joyce, es necesario comprender el contexto social y su corriente de pensamiento, además de su estilo literario y sus influencias; pero para analizar su obra magna, es imprescindible descontextualizarse y establecer una serie de ideas entre lo que fue una de las obras de Homero más importantes en la historia del hombre y lo que representa la egregia innovación narrativa intrínseca en la novela. 

Escribir, ¡Miércoles!

Me senté en un poyo del Ducuara, con el único y firme propósito de escribir “un artículo Sin Pretextos”; una carpa azul del hospital Federico lleras acosta, donde algunos se acercaban a donar sangre captó mi atención, después lo hizo una chica exhibiendo sus hermosas piernas, luego una formula de física se interpuso entre mi pensamiento y el silencio, y finalizó Aristófanes en boca de un par de catedráticos. Me ubiqué lejos de los catedráticos a sabiendas de que por más que buscara concentración y un tema para escribir, no lo iba a encontrar. Por supuesto en ese momento algo debía pasar, y no era cualquier cosa, o cosa común, un sonido molesto interrumpió, levanté la mirada y ¡Oh imagen grotesca para mi ignorante percepción!, un tipo jugaba a la gimnasia rítmica con cintas verdes y amarillas, giraban en el aire. Acto seguido, agenda y lapicero a la mochila, pero como dijo Pablo: “si alguna vez me siento derrotado, renuncio a ver el sol cada mañana”; lugar tranquilo, ojo a la hoja, piensa, escribe, tienes que hacerlo, es miércoles, muy seguramente mañana será jueves, artículo, no hay pretextos.

La atmosfera nocturna, el silencio, la soledad, el computador, yo, y una hoja en blanco esperando a que le contaran una historia o al menos dispuesta a “escucharme”, pero así como permanecía la hoja permanecía mi mente, en blanco, con tanto por decir, sin encontrar palabras para expresarlo, y el editor enviando mensajes cada 5 minutos que me recordaban de una forma poco sutil, que el articulo era para el día siguiente, y seguramente el día siguiente seria jueves.

Hay quienes escriben constantemente, su día finaliza con lapicero en mano y una frase que me estremece: “querido diario”, hay otros que escriben canciones y poesías (o creen hacerlo), y si corren con suerte le ponen un ruido de fondo y la convierten en reggaetón, (pero ese tema será abordado lueguito); hay quienes escriben cartas de amor, y quienes escriben versos, guiones, arias, columnas, crónicas, endechas, diatribas, graffitis, panfletos, libros, y hay quienes escriben ensayos sobre la ceguera, y aunque su mente culta no lo crea, hay quienes escriben con excrementos en las paredes de los baños (y para escribir no utilizan necesariamente bolígrafos especiales o palitas de exámenes coprológicos).

Pero hay algunos que como yo y quizá como usted no escribimos más de lo necesario, y preferimos dar los regalos sin tarjeta, porque no encontramos que escribir en los espacios del “de” y el “para”. Es un karma encontrarnos con el momento perfecto para escribir, porque no hallamos que plasmar en la hoja, y lo que es aún peor, nos da pavor ser leídos; ser leído es de una u otra forma desnudarse ante el lector, y verdaderamente pocos tenemos esta vocación nudista.

Escribir es como aprender a montar en bicicleta padeciendo la enfermedad de Ménière, y escribir para ser leído, es como hacer lo mismo pero esta vez en público; caída tras caída, algunos nos ayudaran a ponernos en pie, otros se burlaran, seguramente habrán quienes hagan mucha fuerza para que caigamos de la peor manera, y no faltara, el que dé una ayudita extra a la caída poniendo piedras y tachuelas en el suelo.

Sabiamente decía el escritor español Camilo José Cela: “el premio de quienes escribimos duerme, tímido y virginal, en el confuso corazón del lector más lejano”; y claro está que el camino que conduce al corazón del lector más lejano lo crea el escritor, y lo erige con letras, de las cuales muchas, más que camino serán tropiezos; y seguramente entre menos pasos se den más tropiezos se darán.

Así que a quienes nos duele tanto la mano para escribir, es precisamente porque lo practicamos con la misma constancia con la que algunas mujeres se practican la citología, pero en definitiva nos encontramos ante el mundo “sin pretextos” para dejar de escribir, así escribamos tropiezos, y muchas veces personas (como ustedes en este momento) sean las victimas de tales tropiezos. Pero qué más da, al fin y al cabo mañana seguramente será jueves.

Camilo Padilla.

El orfanato, no es un juego de niños.

Esta película dirigida por Juan Antonio Bayona y protagonizada por Belén Rueda puede verse clasificada erróneamente, según mi criterio, en el género de terror. Antes de verla miré algunas opiniones en internet y casi todas apuntaban a que era un “terror sin sangre”. Después de verla me di cuenta que más que terror era suspenso. Empezando por la desaparición y las incógnitas que esta lleva, siguiendo por la música y la secuencia de planos con solitarios escenarios y el siempre continuo girar de un juego infantil en el patio de la casa.

Desde el principio la mudanza al antiguo orfanato lleva a que el espectador se sienta intrigado por la decisión de Laura (la protagonista) de llevar a su familia a vivir en este lugar, aunque este al parecer es un lugar tranquilo, con la playa cerca y un ambiente silencioso, esconde secretos de su infancia que se irán revelando para desenlazar la película.

La película logra su objetivo de mantener atento a quien la ve, tan solo con un juego infantil que va dejando pistas y resolviendo otras, 100 minutos en que los secretos, la imaginación y lo paranormal se hacen presente dejando a más de uno frío con algunos sucesos inesperados. Guillermo del Toro le apuntó a producir la película española más taquillera del 2007, nominada a 14 premios Goya y ganadora de la mitad, definitivamente un total acierto de su parte.

Por último, creo que algunos planos y la casa en general tienen ciertos aires a la película Los otros del director chileno Alejandro Amenábar. Lo que no quiere decir que una sea la copia de la otra, pero si tal vez la inspiración o punto de referencia, aunque siendo ambas de suspenso no se puede descartar la coincidencia.

El Orfanato - Trailer

Dirección: Juan Antonio Bayona.
País:
España, Mexico.
Año: 2007.
Duración: 100 min.

Producción: Guillermo del Toro.

Adriana Martin

Disqueras vs música independiente


Buscar el método de dar a conocer música, comercializarla y apoyar a "algunos" artistas, es la labor que hacen unas cuantas disqueras de alto renombre. Pero hoy en día los artistas van mucho más allá, es el momento de dar a conocer música por otros medios, ser dueños de su producto y demostrarle a su público de qué están hechos.


En el ámbito musical de hace algunos años, era de mucha suerte ingresar a un estudio de grabación y que su música fuese distribuida, hoy es muy diferente, ahora por medio de redes sociales, eventos y otros modelos, es más facil que la música independiente llegue a competir en gran magnitud con la grandes compañíaz disqueras; es de admirar la labor que hacen los músicos independientes por mostrarle al mundo y a sus seguidores el talento y apoyo a esta linda labor. En grandes premiaciones de la música se han incluido categorías exclusivas de lo independiente, y ya existen premios exclusivos de artistas que no están tras una disquera.

Redes sociales han apoyado la labor de millones de de artistas independientes en el mundo, son muchas las páginas donde los músicos suben el producto y se puede descargar la canción con un movimiento muy sencillo. Una de las redes sociales que comenzó con el auge de difundir música fue MySpace.com, demostrando que hoy la canción no tiene barreras. Así como hace muchos años los discos de acetato le dieron paso al Cassette y luego al disco compacto, hoy la digitalización del archivo ha llegado al punto de desplazar la venta física del disco y ponerse en el lugar de millones de computadores, reproductores, y celulares en el mundo con un solo click.

Que esto sea un nuevo espacio y una gran oportunidad, para aquellos artistas que llevan la música en el corazón y de un modo u otro las disqueras les cierran sus puertas. Bienvenida música independiente.

Juan José Rubiano.

¿Qué esperamos de la televisión en Ibagué?


Desde sus inicios, que no son tan lejanos, la televisión en Ibagué ha tomado ciertos enfoques que la ha llevado a convertirse en lo que es hoy. Partiendo desde los contenidos audiovisuales, hasta la estética escenográfica que manejan, han logrado que los canales locales simplemente no avancen y no sólo eso, también ha con llevado a que productoras nacionales no se interesen en ver que se está produciendo en la región dado que los programas presentados son de poca calidad en cuanto a producción y presentación.


Podemos ver en la mayoría que los intereses son lucrativos, o en su defecto, publicitarios, pero es ahí en donde nosotros como televidentes debemos preguntarnos: ¿ Estamos nosotros exigiendo televisión de calidad?, ¿ Queremos nosotros como ibaguereños más programas culturales y sociales que nos muestren el verdadero sentir de la ciudad?, a partir de estas dos incógnitas debemos cuestionarnos por qué las productoras locales insisten en invertir en programas de contenido light. Tal vez esto nos lleve a pensar que Ibagué aun no está lista para programas de otro tipo, de lo cual personalmente pensaría lo contrario, porque no sólo tenemos las facultades para hacerlo, sino también los espacios y los nuevos comunicadores que emergen día tras día en las universidades de la ciudad, con ideas frescas y renovadoras que pueden darle un enfoque distinto a cómo está siendo dirigida la televisión local en el momento.


La importancia de reflexionar frente a estos temas, no es criticar o no reconocer que desde cualquier punto de vista las personas que realizan estos programas han abierto puertas para nuevos comunicadores, sino por el contrario, exigir mejor calidad indicaría que es hora de tomar nuevos caminos y de seguir avanzando hacia nuevas direcciones para no encasillarse en lo que se viene trabajando. Igualmente, no sólo se trata de propuestas y de exigir y exigir, sino también de reconocer que nosotros, como estudiantes de Comunicación somos promotores de cambios.


Así pues, queda la interrogante abierta de ser o no, forjadores de una nueva experiencia audiovisual que mas allá de entretener, tenga un contenido que promueva la agenda cultural ibaguereña de la que muy poco conocemos, pero que si en dado caso lo hiciéramos, estoy segura que sabríamos lo mucho que nos hemos perdido en la ciudad musical.


Naffy Guzmán.

La Pintura de Felipe Cifuentes

Para unos conocido y para otros por conocer, es Felipe Cifuentes con el cóctel perfecto de ironía y pintura.

La pintura de Felipe Cifuentes se convierte en uno de los pilares de la ciudad. Meses atrás, se presentó con una exposición colectiva llamada Tres Caminos en el Museo de Arte del Tolima en donde todos pudimos conocer la parte sarcástica del arte Ibaguereño. Dice el artista: "La búsqueda de identidad, es una de las más grandes presiones ejercidas hoy en día por el medio artístico, un artista sin identidad es un artista condenado a la falta de reconocimiento en medio de la creciente masa de nuevos artistas y nuevas obras, exactas todas para el ojo común. Situación que lleva al artista a forzar el proceso recurriendo a distintos métodos para poder mostrarse (venderse)) acá es donde nos encontramos con personajes de aparente autenticidad que lo único que hacen es posar y expresar su elocuente verborrea tratando todos de sentarse en la aparentemente cómoda plástica Nacional, pero ninguno lo logra, todos están como flotando incómodamente, empujándose unos a otros, arreglando sus vestidos y sus peinados, (hay que mostrar que somos diferentes, somos artistas ¿no?)" Se revela un desacuerdo individual, que no es muy insensato.

Más que la técnica, para muchos, vale más lo que se lleva por medio de la pintura, y este, es uno de esos ejemplos. Juicio hecho arte. El talento de Felipe Cifuentes se convierte en el medio para revelar un desacuerdo con el típico Esnob, que más que contribuir siempre termina destruyendo con la famosa crítica dañina como decía Cortázar. Y es que para un artista la idea es pura y la pintura es su medio, eso Felipe Cifuentes lo tiene claro. Se incita a ver el trasfondo de la imagen, su pintura se convierte en una invitación contemplativa a ver el cuadro mas allá del lienzo y ponerlo en un contexto social. Ese es el caso de La Elite Pensante, una de sus pinturas.

Conoció al Maestro santandereano Niño Botía en Ibagué en el año 2004; por lo cual, dice de su taller: "Fueron momentos muy especiales, como especial era el lugar que él logró crear, pues no era una academia como cualquier otra con un horario riguroso establecido. A esta iba el que quería y si uno quería iba todos los días". No sólo él, también otros tuvieron la suerte de conocer y aprender del maestro que se radicó en Ibagué y tuvo como fin colaborar con la formación artística de muchos jóvenes. Cosa que para una ciudad en la que no existe "la cultura de culturizar" se convierte en una luz al final de un túnel.

Muchas veces resulta extraño, paradójico, o para otros simplemente estúpido, preguntarle a un artista de donde proviene su inspiración, ya que para cualquiera eso sería cosa evidente en la pintura. Sin embargo, con alguien que el mundo no conoce, o por lo menos en su ciudad natal, la gente no se hace idea de quien es él y qué hace, es necesario tener el arquetipo. Él lo cataloga como enigmático y a lo único que aluda el momento de pintar es a lo ridículo y lo grotesco -como dice él- llamándolos dos ingredientes abundantes en donde sea que se mire.

Sale de Ibagué buscando que la vida le enseñe otras cosas: " De Ibagué me fui porque lo consideré necesario para seguir aprendiendo, pues a pesar de que yo inicié desde niño por el puro gusto de hacerlo, más allá de si quedaba "bonito" o "feo, ahora que lo considero como una opción de vida, tengo que buscar la manera de perfeccionarme" nos dijo.

Ahora, amigo lector, sólo nos queda entender que la capital musical de Colombia, como muchos la llaman, no sólo salen Bambucos, sino pintura y arte en general. ¿Por qué será que nadie sabe de la existencia? La respuesta está en nosotros mismos: El valor que le damos al arte no es relevante, y por eso, muchos de ellos prefieren salir que quedarse.

No hay pretextos para no verse: "La Ola"

"Autocracia: Control, una ideología, un führer, la disciplina". Así empieza la clase donde se desarrolla la trama del film alemán dirigido por Dennis Gansel donde se muestra que dejarse llevar por una idea no es tan difícil como parece.


Este film trasladó a la pantalla el experimento llevado a acabo durante la década de los setenta en Estados Unidos, pretendía hacer reconocer a los estudiantes de una clase que algunas ideas pueden ser implantadas fácilmente en la mente sin que se oponga resistencia, ni física ni mental. Los casos de obediencia extrema pueden ser reconocidos en algunas ideologías políticas y/o religiosas donde los participantes acatan al pie de la letra las distintas reglas que se le imponen sin cuestionar ninguna de ellas, aunque en ciertos casos, hay que decirlo: algunos miembros pueden llegar a discutir sus propias creencias y modificar sus ideas. La ola presenta esta situación tomada de la vida real, y que a ha suscitado varios estudios psicológicos para explicar este fenómeno, que se creía como su última aparición durante la segunda guerra mundial y el régimen nazi.


Aparte de la obediencia se puede identificar en la película un personaje aislado y un tanto retraído, que toma la ideología como el único grupo en el que se siente identificado y por lo tanto, eso lleva a que vea al profesor como modelo. La historia es interesante, no tiene final feliz, pero, sí deja pensando al espectador en cómo con convicción y con el ánimo de hacer a las personas incluidas e identificadas con un grupo, el ser humano en general puede dejar de cuestionarse sobre la manera en como actúa.


Lo que pretende la película es demostrar que un líder puede crear un régimen a partir de un nombre, un uniforme, un símbolo, y lo más importante: un grupo de personas, tal vez vulnerables, tal vez con necesidades de adaptación o tal vez con una personalidad flexible. Aunque el film muestra a un grupo de adolescentes - y muchos dirán que es por eso que son fácilmente influenciables- creo que las personas (sin discriminación de edad, genero o raza) llegan a creer en algo sólo con el fin de sentirse parte de un grupo, de no sentirse aislado o asocial, y del mismo modo señalar, aislar al que no tiene la misma idea, al que sale del molde y piensa por si mismo.


"Fascismo. Todos nos hemos considerado mejores, mejores que los demás, y lo que es aún pero, hemos excluido de nuestro grupo a todos aquellos que no pensaban igual. Les hemos hecho daño."


Adriana Martin

Más literatura, menos escribas


Personalmente, encuentro muy difícil descubrir una atracción literaria hacia algún escritor contemporáneo aún vivo. Sonará cruel, pero considero que por desgracia, la inmortalidad de un autor se consolida con la perseverancia en sus obras luego de fallecer. O tiene que presentar estilos narrativos maravillosos como el de Gabriel García Márquez, o métodos intelectuales y últimamente eróticos como el de Carlos Fuentes, o, en su defecto, fantásticos, eruditos, novedosos y sobre todo, persistentes, como el de Umberto Eco, para que mi gusto literario se vea invadido por la intriga del devenir de la siguiente

página con relación a libros que no tengan menos de cinco o diez años de publicación. Supongo que esto plantea las mil y un inconsistencias que genera la necesidad de una buena lectura. No obstante, saber seleccionar obras de los autores anteriormente nombrados por encima de novatos escribas, establece una inmensa distancia entre leer escritores contemporáneos y leer literatura contemporánea. Esa misma literatura que en unos cincuenta años será nombrada bajo términos sociológicos y que a pesar de la enorme oferta anodina y no por poco, basura, logrará rescatar algunos grandes representantes.


Por otra parte, resulta engorroso generalizar en cuanto a la calidad de los escritores nueva era, pero si se tiene en cuenta únicamente el contexto colombiano –como valioso ejemplo de abundancia- las expectativas disminuyen y hasta el mejor lector del mundo, se vería invadido por una desidia petrificante y un pesimismo cultural pletórico. Y es que en un país donde hablar de los niveles culturales resulta peor que un examen de próstata, no es posible dar rienda suelta al exceso inefable de mala literatura. Si bien es cierto que los niveles de lectura son míseros en comparación con otros países de la región, es necesario dar cabida a las buenas y escasas propuestas literarias que presentan algunos autores como William Ospina,

Héctor Abad y hasta Cesar Vallejo. Cabe resaltar que dichas mociones difieren del narco-contexto en el que han sumergido al país escribas que no merecen una distinción literaria seria.

No hay que olvidar que uno de los fines de la literatura es contextualizar realidades sociales por medio de figuras y géneros, además de presentar propuestas narrativas innovadoras. Y es precisamente esto, lo que diferencia un literato de un intento de escritor y hace no lamentar la utilización de tanto papel. No es extraño encontrar jóvenes apenas por encima de los 20 años con una resma de papel bajo sus brazos, profesando y presumiendo por su primera novela y buscando con urgencia una casa editorial que se dé el lujo irresponsable de publicarlos. Esto, sin duda alguna, representa un vasto detrimento en la calidad literaria y aunque este fenómeno no es del todo nuevo, pues en su momento, el prócer literario Julio Cortázar, durante una entrevista con el periodista español Joaquín Soler Serrano, denunció y satanizó estéticamente la necesidad innata de algunas personas por ser leídos, pareciera que en Colombia se está dando en proporciones alarmantes.


A mi juicio, una carrera literaria, honesta, propositiva y medianamente respetable, conlleva cierta cantidad de tiempo y preparación. El gran José Saramago, a pesar de su notable capacidad narrativa, desistió de sus dones literarios durante un largo periodo de tiempo porque sencillamente “No tenía nada qué decir”. Entonces, no veo cómo y cuándo novatos escribas comerciales logran adquirir una madurez gramatical retrospectiva. En ocasiones, el miedo a la hoja en blanco influye eminentemente en la producción literaria, aun, de grandes literatos; por ende, no creo que la simple capacidad de lograr vencerlo sea señal de que se posee una facultad para hacer buena literatura. Así pues, ser escritor se puede presentar dentro de un margen de profesiones factibles para cualquier persona que tenga un dominio mínimo del lenguaje, pero la autoestima y el respeto por las letras, determina de alguna forma, la calidad.


Ojalá, no sólo en el contexto colombiano sino en todo el mundo, se presentara un buen grupo de jóvenes literatos formidables que callaran las voces ominosas de gente incrédula y pesimista como yo - mi diatriba no va en contra de los jóvenes escritores sino en contra de los jóvenes que se creen escritores- y que lograran atraer la atención con el mudar de cada página, pues para los amantes de la literatura, cualquier aporte positivo es bienvenido.


Me resta decir que quizá, sólo así, lograría discernir en que, cuando muera Gabo y los pocos intelectuales que quedan en Colombia, nuestra literatura irá “camino al purgatorio”.


Sebastián Mateus

Al Común Mas Explotado

"No tenemos pretextos para no seguir adelante porque seremos un ejemplo para futuras generaciones"
Tras tener una notable trayectoria musical y presentarse en el festival de rock al aire libre más importante de Latinoamerica, A.CM.E, la banda Ibaguereña, nos presenta "El sueño de los Oprimidos", un trabajo discográfico grabado en Bogotá y producido por ellos mismos. Al Común mas explotado no tuvo pretextos para contarnos en qué van y cómo fue la elaboración de su más reciente producción.

¿Cómo ha sido la evolución en cuanto a material discográfico desde el primer compilado hasta llegar al sueño de los oprimidos?

Juan: Ha sido una gran experiencia para nosotros, día a día queremos hacer cosas que nos exijan como músicos y sobre todo que nos guste. Los primeros trabajos eran algo más crudos en instrumentación y voces, cada grabación que hacemos se va enriqueciendo con el tiempo y hace notar esa evolución.

¿Cómo fue la producción del sueño de los oprimidos?

Juan: El disco lo grabamos en Bogotá, en Audiofactory, realmente la selección del estudio fue larga, miramos muchas opciones y decidimos quedarnos con ellos, el disco llevaba en preproducción algunos años y ya se habían grabado algunas maquetas y queríamos que la grabación llevara la fuerza que necesitábamos. Todos los temas fueron producidos por nosotros mismos.

¿Cuáles son los referentes o influencias que ha tenido A.C.M.E en los años que llevan juntos?

Juan: Siempre hemos sido muy abiertos en lo que oímos, hay una influencia bien marcada por el hardcore melódico como pennywise, bad religión, offspring y rise against, pero también tratamos de tomar cosas de varios géneros para enriquecer lo que hacemos. Bandas como Pantera, Foo Fghters, Nirvana, Carajo, Slipknot, Puya de Puerto Rico, Biohazard, AlexisonFire son bandas que escuchamos constantemente.

¿Qué tal la experiencia de Rock al parque para A.C.M.E?

Marlon: Muy motivante, creemos que el público es evidentemente enérgico y la respuesta fue positiva. Era lo que queríamos ver. Había aproximadamente tres mil personas. Por otra parte, las condiciones que nos dio la organización han sido las mejores que hemos tenido a lo largo de nuestra carrera musical. Rock al Parque nos abrió las puertas a través de las ruedas de prensa para poder promocionar a la banda en los medios y para ver si hay opciones de tocar en otros países.

¿Cómo ven la movida musical en Ibagué?

Marlon: Bien, el nivel musical ha mejorado considerablemente pese a la carencia de escuelas de formación en rock. Por eso una de las ideas es crear una, para que los jóvenes incursionen en este mundo y exploten sus virtudes. Actualmente hay más de ochenta bandas en nuestra ciudad y sabemos que ese margen va a crecer mientras impulsemos el género en Ibagué.

A.C.M.E no tiene pretextos para no decir lo que pensamos de frente, sobre todo en este lindísimo país que goza de una "saludable" desigualdad y falsedad. No tenemos pretextos para no seguir adelante porque seremos un ejemplo para las futuras generaciones.

Integrantes:
Marlon: Voz y Batería
Juan: Bajo y Coros
Jorge: Guitarra y Coros
www.alcomunmasexplotado.com
www.myspace.com/alcomunmasexplotado

Juan José Rubiano